ΦΩΤΟΓΡΑΦΙΑ

"DISEÑANDO CON LA LUZ DEL ALMA"

Bienvenida, oh lluvia, seas
a refrescar nuestros valles,
y a traernos la abundancia
con tu rocio agradable;

bien vengas a dar la vida
a las flores, que fragantes
para mejor recibirte
rompen ya su tierno cáliz,

do a sus galanos colores
en primoroso contraste,
tus perlas del sol heridas
brillan cual ricos diamantes.

Bien vengáis, alegras aguas,
fausto alivio del cobarde
labrador, que ya temía
malogrados sus afanes.

Bajad, bajad, que la tierra
su agostado seno os abre,
do os aguardan mil semillas
para el punto fecundarse.

Bajad, y del mustio prado
vuestro humor la sed apague,
y su lánguida verdura
reanimada se levante,

tejiendo un muelle tapete
cuyo hermoso verde manchen
los más vistosos matices
como en agraciado esmalte.

Bajad, bajad en las alas
del vago viento, empapadle
en frescura deleitosa,
y el pecho lo aspire fácil.

Bajad: ¡oh cómo al oído
encanta el ruido suave
que entre las trémulas hojas
cayendo las gotas hacen!

Las que al río undosas corren,
agitando sus cristales
en sueltos círculos, turban
de los árboles la imagen,

que en su raudal retratados
más lozano su follaje
y erguidos ven sus cogollos
y su verde más brillante.

Saltando de rama en rama
regocijadas las aves,
del líquido humor se burlan
con su pomposo plumaje,

y a las desmayadas vegas
en bulliciosos cantares
su salud faustas anuncian,
y alegres las alas baten.

El pastor el véllon mira
del corderillo escarcharse
de aljófares que al moverse
invisibles se deshacen,

mientras él se goza y salta
y con balidos amables
bendice al cielo y ansioso
la mojada hierba pace.

El viento plácido aspira;
y viendo cuán manso cae
en sus campos el rocío,
el labrador se complace,

gozando ya de las mieses
su corazon anhelante
que colmarán sus graneros
cuando el Can al mundo abrase.

El bosque empapado humea,
de aromas se inunda el aire,
y aparecen las espigas,
floreciendo los frutales.

En medio el sol de las nubes
su frente alzando radiante,
de oro y de púrpura al iris
pinta entre gayos celajes;

él, tendiéndose vistoso,
sus inmensos brazos abre
y en arco fúlgido al cielo
da un magnífico realce.

La naturaleza toda
se agita, anima, renace
más gallarda, ¡oh vital lluvia!,
con tus ondas saludables.

Ven, pues, ¡oh ! ven, y contigo
la fausta abundancia trae
que, de frutos coronada,
regocije a los mortales.

JUAN MELÉNDEZ VALDÉS.

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BIENVENIDOS!! (^_^)


Hola en este blog contare un poco de lo que pasa a mi alrededor y compartire contigo algunas fotos e imagenes.


Espero que te guste!

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